En medio de la guerra de plataformas, pantallas inteligentes y servicios de suscripción de Streaming que pelean por captar nuestra atención, hay un actor silencioso que ha conquistado millones de salas sin levantar mucho ruido: Roku. Con sus famosos “set-top boxes” —esos dispositivos compactos que se conectan a tu televisor— ha logrado algo que muchas marcas más grandes aún no consiguen: hacer que la experiencia de ver contenido sea sencilla, ordenada y sin estrés.
Pero, como todo en tecnología, la historia no es solo de virtudes. Roku tiene sus puntos fuertes, sí, pero también desafíos que deberá enfrentar si quiere seguir liderando el camino en un mercado que no deja de reinventarse.
Una interfaz que no quiere impresionar, quiere servir
Uno de los grandes diferenciales de Roku es su interfaz de usuario, y en tiempos donde algunas plataformas parecen competir por quién abruma más al usuario con banners, previews y botones innecesarios, Roku apuesta por la simplicidad.
Un menú principal a la izquierda. Aplicaciones a la derecha. Fondo personalizable. Nada de ruido visual. Una experiencia que respeta el tiempo del usuario y su derecho a decidir qué ver sin que se lo griten en la cara.
Y si al usuario le gusta explorar, Roku también pensó en: la sección de “No te lo pierdas” que permite reunir contenido favorito de distintas apps en un solo lugar. Una especie de lista de reproducción universal que evita el clásico “¿en qué app estaba esto?”.
Tecnología que evoluciona con dignidad
Otro punto a favor: las actualizaciones automáticas. Al contrario de lo que pasa con muchas plataformas, no se necesita estar pendiente de nuevas versiones ni buscar cómo actualizar el dispositivo. Roku lo hace por el usuario, en segundo plano, y lo mejor: también lo hace con modelos antiguos.
En un mercado donde todo parece diseñado para volverse obsoleto en dos años, Roku promueve la longevidad tecnológica, un gesto que no solo cuida el bolsillo, también el planeta.
Control desde el celular
Roku sabe que el celular se ha vuelto un segundo control remoto. Por eso, su app oficial no solo permite navegar o controlar el dispositivo: incluye funciones como el modo de escucha privada, donde puedes conectar audífonos al teléfono y ver televisión sin molestar a nadie. ¿Cuántos dispositivos ofrecen eso sin líos técnicos? Pocos.
Y tiene uno de los modelos recientes, también es posible usar búsqueda por voz desde el control. ¿No tiene el modelo más nuevo? No importa: también puede hacerlo desde la app.
Además, es compatible con Alexa, Google Assistant y Siri, lo que significa que puede decirle al asistente que ponga tu serie favorita, y Roku lo hará sin drama.
Roku no es perfecto: y eso también hay que decirlo
Aunque tiene muchas virtudes, Roku también tiene sus límites. Uno de ellos es la instalación restringida de apps: no permite agregar aplicaciones de fuentes externas, lo cual tiene sentido en términos de seguridad, pero también puede ser frustrante para usuarios más avanzados que buscan experimentar.
Y si bien cuenta con más de 5.000 aplicaciones, la selección puede variar por región y algunos servicios populares en otros países pueden no estar disponibles en ciertas zonas de América Latina.
En términos de hardware, Roku ofrece varios modelos: desde versiones HD básicas, hasta sticks con soporte 4K y audio Dolby. Pero ojo: para aprovechar ese 4K, el televisor también debe soportarlo, y eso no siempre se explica de forma clara al usuario.
Un modelo de negocio… diferente
Roku gana dinero vendiendo dispositivos, pero también a través de alianzas con plataformas de streaming y publicidad integrada. Lo interesante es que aunque tiene anuncios, estos no cortan lo que se está viendo, ni aparecen de forma tan molesta (aunque sigue siendo publicidad(. Esto, en un mundo saturado de banners y pop-ups, se agradece.
¿Roku es para todo el mundo?
Si se está buscando una forma simple, confiable y económica de transformar el viejo televisor en un centro de entretenimiento un poco más inteligente, Roku es probablemente una buena opción del mercado. No por tener lo último en specs, sino por entender que el usuario no quiere aprender a usar su televisión, solo quiere disfrutarla.
Roku no presume de inteligencia artificial, ni de menús futuristas, pero hace algo mucho más valioso: funciona bien, es accesible, da control y respeta el tiempo.
Ahora bien, si se es un usuario experto, puede que sus restricciones terminen limitando la experiencia. Pero para el 90% de quienes solo quieren ver Netflix, Disney+, HBO o YouTube sin complicaciones, puede llegar a ser Roku es ese aliado silencioso que cumple sin pedir protagonismo. Y en la era del ruido, esa es una virtud cada vez más rara.





