No existe un operador de robots móviles más grande que Amazon. La compañía anunció recientemente la entrada en operación de su robot #1,000,000 en uno de sus centros de distribución en Japón, marcando un hito que a la fecha no tiene comparación y que le ha tomado 13 años desde la adquisición de Kiva y la entrada en operación de su primer robot en el 2012.
Amazon es el caso más claro que si bien los robots pueden generar un desplazamiento temporal de empleos, reemplazando labores que pueden ser automatizadas, las ganancias en productividad generadas por esos robots abren posibilidades de crecimiento que hacen offset a los empleados que son reemplazados.
Y es que el temor orginal era que por cada nuevo robot que entraba a operar en las bodegas y centros de acopio de la compañía, 3 personas perderían su trabajo (al fin y al cabo el robot puede operar 7×24, 365 días del año). Y aunque es claro que algunas personas fueron reemplazado por robots, más de 700,000 empleados han recibido entrenamiento y formación (upskilling) para prepararlos para el futuro. El resultado es contundente: de 84,000 empleados en el 2012, la compañía ha crecido a 1,556,000 (a la fecha de publicación de este artículo).
Son 9, los diferentes robots que opera la compañía: Sequoia, Hercules, Titan, Vulcan, Sparrow, Packaging Automation, Robin, Cardinal y Proteus. Estos trabajan mancomunadamente entre sí y con un número similar de humanos para soportar una de las operaciones logísticas más rápidas y rentables del mundo.
Junto con el anuncio del millón de robots, la compañía también ha presentado DeepFleet, un nuevo modelo fundacional de IA Generativa que es el encargado de coordinar los movimientos de los robots dentro de los centros de distribución y el cual ha generado ya reducciones de 10% en los tiempos de desplazamiento de cada robot, mejorando la productividad y permitiendo a la compañía cumplir con las promesas de tiempos de despacho.
