Imagine que estás deprimido, ansioso o emocionalmente colapsado. No puede pensar con claridad, pero por suerte, una empresa ofrece darle algo de salud mental… siempre que pague una suscripción mensual. Si no lo hace, es posible que su conciencia o la de sus seres queridos se apague durante horas para que los servidores no colapsen. Y mientras está despierto, puede hacer el streaming de los anuncios incrustados directamente en la mente.
¿Un panorama muy oscuro?
Bienvenido a “Common People”, el primer episodio de la séptima temporada de Black Mirror, la serie que se especializa en incomodar con futuros muy factibles y que rondan peligrosamente la presente cercano! En este caso, no se trata sólo una historia distópica: es una advertencia bastante factible sobre hacia dónde podrían ir las cosas si seguimos dejando que la tecnología avance sin control y, sobre todo, sin ética.
En este episodio en particular, después de un accidente una mujer queda en coma y su esposo, con la mejor de las intenciones, contrata a Rivermind, una empresa que promete “claridad mental” para quienes están atrapados en sus propios pensamientos. Todo suena muy bien, hasta que se acaba el dinero.
Ahí es cuando la persona enferma comienza a experimentar publicidad programática directamente en su mente. Así las cosas, si no se paga el plan premium, los anuncios se intercalan con los recuerdos y pensamientos del paciente. Pero aún, si no se paga el plan ultra, directamente le apagan la mente para que no consuma recursos del servidor. ¿Un poco exagerado? Quizás. ¿Descabellado? No tanto!

¿Qué tan lejos podemos estar de algo así?
Hoy en día, muchísimas apps de salud mental ya funcionan bajo modelos de suscripción. Si no se paga, no hay acceso completo a la meditación, ni a los terapeutas virtuales, ni a los “resúmenes emocionales semanales”. Lo mismo se ha visto en el amor (con las novias virtuales), al hablar con chatbots que simular ser queridos ya difuntos y otros servicios.
Encima de eso, el avance de tecnologías como neurointerfaces, algoritmos de predicción emocional y dispositivos que ya pueden leer el estado de ánimo en tiempo real. ¿Y si esas métricas empezaran a usarse para segmentar anuncios? ¿Y si una empresa supiera que está triste… y usara ese momento vulnerable para venderte algo?
“Common People” no es ciencia ficción. Puede llegar a ser una extrapolación ligeramente exagerada de lo que ya está pasando en el mundo de las apps, los algoritmos y la privatización de la salud.
Un negocio perturbador
Lo más perturbador del episodio no es la tecnología en sí, sino el modelo de negocio. No se trata de salvar mentes, sino de monetizarlas. El sufrimiento se convierte en oportunidad comercial. La paz mental, en un servicio premium. Y el silencio interior, en un lujo reservado para quienes pueden pagar por no ver anuncios.
Y mientras tanto, muchos usuarios aún están felices aceptando políticas de privacidad sin leerlas y regalando sus datos a diestra y siniestra!

¿Qué hacer para no terminar sin salud mental?
Sin lugar a dudas, este episodio de Black Mirror obliga a mirar hacia adentro (literalmente) y preguntarse: ¿Qué está permitiendo que ocurra con su mente y emociones en la era digital? Antes de responder, vale la pena:
- Informarse sobre cómo las plataformas usan sus datos. No necesita ser hacker, solo tener curiosidad.
- Cuidar la salud mental fuera del sistema. Hablar con alguien de carne y hueso que sea de. confianza, caminar, leer un libro puede ser más valioso que tener miles de apps de mindfulness.
- Poner ciertos límites sanos al consumo digital. No todo necesita estar conectado. No todo necesita tener un tier de pago.
- Apoyar iniciativas que promuevan la ética tecnológica, la regulación del uso de datos biométricos y la transparencia en algoritmos.
Finalmente, hay que reconocer que “Common People” es una sátira oscura y brillante que recuerda que, en este mundo hiperconectado, la mente se ha convertido prácticamente en el último bastión de privacidad que, está en riesgo! Si no quiere que el futuro sea una especie de “conciencia” alquilada, donde se paga por claridad mental y los anuncios patrocinados le interrumpen sus pensamientos cada vez que su pago se atrasa (al mejor estilo de Spotify y otras plataformas), hay actuar ahora para no tener que preocuparse mañana!