Hace unos días Susana Martinez-Restrepo PhD Fundadora de CoreWoman y Geri Stengel de Ventureneer publicaron un informe bien interesante sobre las mujeres hispanas, latinas que emprenden en los Estados Unidos. Estas mujeres son, somos, bien particulares y este estudio demuestra que además de ser distintas a las demás mujeres que viven, vivimos en este país, compartimos muchas características. Y sobretodo, este estudio lo que muestra es las enormes posibilidades para que las mujeres hispanas, latinas seamos una gran fuerza generadora de valor para la economía y para la sociedad. (Y para nuestros países de origen también )
Esto fue lo que aprendí leyendo el informe y algunas implicaciones para el mundo digital:
De los ingresos de los negocios de las mujeres:
Las mujeres de origen hispano (nacidas en los Estados Unidos o no) son el 8.3% de la población y representamos el 5.3% de los negocios de los Estados Unidos. Un reporte citado muestra que los negocios de las mujeres hispanas generan en promedio ingresos anuales de $54,000 dólares, casi un tercio menos que los ingresos generados por los negocios de mujeres blancas ($171,000 dólares al año).
Algunas estimaciones dicen que si las mujeres hispanas tuvieran “las mismas oportunidades” que el resto de las mujeres, sus negocios podrían agregar $155 billones en ingresos y adicionar algo más de 80,000 nuevos trabajos a la economía americana.
En el mundo digital, las mujeres en general y las mujeres hispanas en particular no están teniendo los mismos espacios que los hombres. Basta leer las noticias de negocios o de tecnología de cualquier medio para darse cuenta de eso. Lo que quizás produce temores más grandes, es como me lo mencionó Susana en una charla que tuvimos hace unos días: es que entre menos mujeres entiendan el mundo digital, aprendan a programar y sean parte de la transformación económica, la brecha salarial y de acceso a los recursos se va a hacer más grande.
El emprendimiento de las mujeres hispanas es por necesidad y no por oportunidad:
Las mujeres hispanas no nacidas en los Estados Unidos, se vuelven emprendedoras por necesidad y no necesariamente porque ven una oportunidad de mercado. Buena parte de este grupo de mujeres pertenece a grupos sociales con bajos niveles de ingresos. A pesar de ser propietarias de muchos negocios, estos no crecen de la manera que deberían en términos de utilidades y de empleados. Tienen restricciones particulares para acceder a los mercados financieros y al sistema educativo.
Que el emprendimiento sea por necesidad tiene sus propias implicaciones y es que son negocios pequeños. En el mundo digital cada vez se necesita menos capital para montar un negocio. Lo que si se necesitan son habilidades digitales. Es un reto grande para esta economía y en general para todas las economías del mundo cerrar las brechas digitales en especial las relacionadas con el uso avanzado de herramientas digitales. Para eso, no basta con tener acceso a la web, en América Latina más del 99% de la población tiene un teléfono inteligente. Para reducir la brecha digital y que TODAS las mujeres puedan acceder a las oportunidades del mundo digital, hay que ir moviéndose rápidamente hacia la fluidez digital: la capacidad de transformar lo que se accede, lo que se lee y lo que se usa. ¿En qué vamos? Aquí y allá vamos en nada. La brecha digital es grande, la fluidez digital de las mujeres (de demasiadas mujeres profesionales y no) es amploa
Educación y conocimientos financieros:
Solamente el 23% de las mujeres hispanas profesionales respondieron correctamente preguntas básicas relacionadas con tasas de interés, inflación y la diversificación del riesgo. El 41% de las mujeres blancas profesionales respondió correctamente y el 63% de los hombres blancos. Otros estudios muestran que en general la población hispana es muy adversa al riesgo y está sub bancarizada (solo tiene una tarjeta débito) y no aprovecha el acceso al mercado financiero.
El desconocimiento del mercado financiero es una barrera para hacer crecer los negocios y para crear un patrimonio. Y es además un problema crítico a la hora de pensionarse: en este país como en otros, la mesada de la pensión depende de lo que uno ahorre y típicamente las mujeres americanas (sin importar su origen) ahorran 25% menos que los hombres. Este informe además hace un excelente punto en el tema del acceso al capital de riesgo por parte de las mujeres hispanas, que no crecieron acá o que no fueron a la universidad acá. Para la mayoría de las mujeres es difícil acceder a capitales de riesgo. Para las mujeres hispanas es MUCHO más difícil. En la siguiente “lección” les cuento porque.
Barreras de comunicación:
Martinez Restrepo y Stengel hacen un análisis extensivo sobre como la manera en que las mujeres hispanas, sobretodo la que no crecieron en los Estados Unidos, tienen que reformular su forma de comunicarse. La comunicación efectiva significa diferentes cosas dependiendo del contexto cultural. En los Estados Unidos, en los negocios predominan los asuntos transaccionales, los resultados y los pasos a seguir. En América Latina, los negocios se basan en las relaciones. Más allá de cual es el efecto de una u otra forma de relacionarse en la vida profesional. Reconocer esta y otras diferencias mencionadas en el informe es de vital importancia.
En el mundo digital, la capacidad de comunicarse es vital. Las habilidades blandas son cada vez más apetecidas y tal y como lo mencionan varios artículos serán estas las que de momento nos van a diferenciar de las máquinas y de los robots.
El estudio concluye con unas ideas sobre como diseñar programas de emprendimiento para mujeres hispanas. En otra nota escribiré en más detalle sobre la propuesta de CoreWoman y Ventureneer. Por ahora, quiero dejar la reflexión sobre estos cuatro aspectos como un punto de partida para entender y analizar como se puede aprovechar el emprendimiento femenino hispano el de necesidad y el de oportunidad para generar más riqueza y más empleos para todas y todos.