Recientemente, como muchas personas en Colombia, he estado observado el creciente número de vehículos eléctricos que vemos en las calles. Para nada se trata de una tendencia pasajera y cada día vemos más y más vehículos sin motor a combustión en nuestras ciudades y parqueaderos, pero comprar un vehículo eléctrico, representa más que un gasto. En nuestro país es un compromiso, con algunas ventajas y no pocos retos. Tener un carro eléctrico en Colombia, ¿realidad o sueño?.

El sueño.
Según el Ministerio de Minas y Energía, el 70% de la electricidad que consumimos en Colombia proviene de fuentes hidroeléctricas. Lo que, de hecho, hace que, tener un vehículo eléctrico en el país tenga sentido. Pues en países como Estados Unidos que dependen tanto de producción eléctrica basa en carbón, conducir un Tesla por Los Ángeles, es simplemente, barrer y meter la basura debajo de la alfombra. Puede que el CO2, no salga del exosto, pero sí de la chimenea de la termoeléctrica. Ese no es el caso en Colombia, si bien siguen existiendo serios problemas, no en los vehículos mismos; sino en cómo son hechos (la cadena de producción), por lo menos hay algo de consuelo en saber que no usan energía que altamente contaminante.
Por otro lado, está el tema más práctico y es que, los vehículos eléctricos no tienen Pico y Placa en ninguna ciudad, lo que hace que su costo se amortice porque se pueden sacar todos los días sin problema, a diferencia de sus contrapartes a gasolina, que en ciudades como Bogotá, no pueden llevarse a las calles, algunas veces por hasta tres días a la semana.

Además de todo lo anterior, el mercado parece haber reaccionado favorablemente a esta propuesta, pues nada más en 2024, de los 200.953 vehículos que se vendieron, 9.178 fueron eléctricos, lo que representa un incremento del 150% con respecto al año anterior. Claramente, el ganador de esta puja fue BYD que, con cerca de 3.900 unidades vendidas se está tomando el mercado.

De segundo participante tenemos a Volvo, con 1.039 unidades. Si a lo anterior sumamos los 42.668 híbridos vendidos, nos damos cuenta de que hay mercado y con propuestas como el BYD Seagull o la Volvo EX30 estás existen para todos los gustos y bolsillos.
La realidad.
Muy bonito el sueño, pero, ¿es posible hablar de la electrificación de Colombia?. En una palabra, NO. Si, por ejemplo, nos medimos con el continente, estamos en un, para nada honroso, puesto 16 en la relación de electrolineras por cada 100 vehículos. Lo que nos lleva a la pregunta, ¿Cuántas electrolineras hay en el país? Pues según el portal PlugShare que es quizás la fuente más confiable en el tema, existen cerca de 251, leyó bien, solo 251 en todo el país y eso que tome ese dato con pinzas pues el sistema cuenta algunas que se están construyendo y otras tantas que están fuera de servicio (le estoy hablando a ustedes, estaciones de servicio de la Chec en el eje cafetero que son más para relaciones públicas que otra cosa) y ojo, tenga en cuenta que, el hecho de que exista una electrolineras cerca a usted, no implica que, este libre o peor aún que esta sea compatible con el tipo de carga de su carro (tema del que hablaremos en otra nota).

Como usuario, para mi eso es un gran problema, pues, en los 360 kilómetros por carretera que hay, entre Manizales y Bogotá (mi viaje más frecuente), solo hay tres estaciones, de las cuales hay poca o ninguna información sobre su estado en un momento dado y con una autonomía de los vehículos más vendidos en el país, que ronda entre los 350 y 400 Km/por carga y ninguna estación de carga en una población intermedia la ansiedad sería mi copiloto. Claramente esto puede cambiar dependiendo de su destino, pero planeé bien su viaje.

Ahora, hay otra alternativa, pero, no es para todo el mundo. Se trata de las estaciones de carga en casa, una idea muy práctica, pero que tiene sus retos. La parte técnica es la sencilla, ya hay muchas empresas como ENEL X, que se puede encargar de todo y hacer la instalación en medio día. ¿El costo?, un promedio entre 2 y 3.5 millones de pesos.
Pero, ¿qué pasa si usted vive en un edificio? Ahí el asunto, mi querido Elon, se complica. El 11 de junio del 2019 empezó a regir la Ley 1964 que en su artículo 10 señala que las autoridades de planeación de los distritos y municipios de categoría especial 0, 1, 2 y 3, junto con el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio “deberán reglamentar los lineamientos técnicos necesarios para garantizar que los edificios de uso residencial y comercial, cuya licencia de construcción se radique en legal y debida forma a partir de la entrada en vigencia de la presente Ley, cuenten con una acometida de electricidad para carga o el repostaje de vehículos eléctricos”.

Pero la Ley es clara, aplica para los edificios construidos DESPUÉS de 2019, dejando a los edificios anteriores a ese año, en un limbo ya que, en la práctica, no hay claridad sobre quién aprueba, si la administración, el consejo de administración o la junta de copropietarios. Si a ese sumamos que los parqueaderos rara vez tienen algo como un contador, el problema se complica aún más, ¿cuánto debería pagar cada carro conectado?
Como ven no es un tema sencillo y la realidad es que, en Colombia en 2025 tener un carro eléctrico, implica tener muy claro y muy bien definido, tiempos, costos y recorridos. La libertad de tener un vehículo se ve limitada por las opciones para mantenerlo.
Desarrollos como la estación de carga de 5 minutos de BYD en China están lejos de verse acá, no sólo por la estación en si misma; sino por lo mucho que exigiría de la red eléctrica colombiana. Es un asunto de voluntades políticas y económicas y eso, en el actual gobierno, no se ve muy probable.
Como diría cualquier zapatero colombiano hablando del futuro, “se le tiene, pero se le demora, Mono”.
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Andrés Felipe Sánchez