En el mundo de las cámaras de cine y contenido híbrido, hay lanzamientos que llegan con fanfarria, y otros que aterrizan con cejas levantadas y foros encendidos. La Sony FX2 pertenece a este segundo grupo. Su aparición despertó dudas, desató críticas… y luego, poco a poco, fue ganándose un lugar en los equipos de creadores que entienden lo que realmente ofrece.
Una nueva cara para la línea Cinema
La FX2 es la más reciente apuesta de Sony dentro de su familia Cinema Line, una gama que ya tenía nombres de peso como la FX3 o la FX6. Pero a diferencia de sus hermanas mayores, la FX2 llegó con un giro: se posiciona como una cámara compacta, versátil y con alma híbrida, dirigida a esos creadores que hacen tanto video como fotografía, y que necesitan una herramienta potente sin que les pese en la espalda… ni en la billetera.
Acá el concepto clave es ese, híbrido y es un tema del que hablaremos más adelante.

¿Qué hay bajo el capó?
La FX2 no es solo una cara bonita. Está construida alrededor del sensor full-frame de 33 megapíxeles que ya conocíamos de la Alpha 7 IV. ¿Qué significa eso? Que graba video en 4K hasta 60 fps con muestreo 10-bit 4:2:2, y permite jugar en modos S-Log3 con más de 15 pasos de rango dinámico. En resumen: el archivo que produce tiene mucho margen para corrección de color y uso profesional.
Pero también hay matices. Ese 4K60 solo está disponible en modo Super 35 (es decir, con recorte), y aunque graba en 4K full-frame, lo hace hasta 30 fps. Para muchos, eso fue una pequeña decepción. También se criticó que el sensor tiene cierto rolling shutter cuando se mueve la cámara rápidamente, algo esperable por la velocidad de lectura del chip.
Sin embargo, hay mejoras reales que la diferencian: el sistema de refrigeración activa permite grabaciones continuas de hasta 13 horas en 4K sin recalentarse, literalmente la refrigeración ocupa gran parte del cuerpo lo que se encarga de mantenerla operacional por más tiempo y la hace ideal para producciones cada vez más largas, cumpliendo estándares de empresas como Netflix para creación de contenido en su plataforma.

Quizás, lo que más llamó la atención fue el visor electrónico (EVF) inclinable, una novedad absoluta en esta línea. Ese visor OLED de alta resolución permite una composición más intuitiva y cómoda, sobre todo para quienes también hacen fotografía, un toque vintage, muy relevante en el mundo actual
¿Para quién es esta cámara?
Sony no la diseñó para Hollywood. La FX2 está pensada para creadores emergentes, documentales, producciones ágiles y youtubers de alto nivel. También para fotógrafos que quieren explorar el mundo del video sin saltar a un monstruo como la FX6.
Tiene cuerpo compacto, monturas roscadas para accesorios, menú vertical tipo ‘Big6’, buena estabilización de 5 ejes y compatibilidad con herramientas profesionales como el XLR-H1 (para entrada de audio balanceado). Es, en muchos sentidos, una cámara que se adapta a muchos estilos… sin complicarse. El hibrido entre el creador ágil y los resultados profesionales. Entre la foto bien hecha y el video bien creado.

La polémica no se hizo esperar
A los pocos días del anuncio, las redes explotaron. ¿Cómo es posible que Sony sacara una cámara de “cine” con el mismo sensor de la A7 IV? ¿Por qué no grababa 4K60 en full-frame? ¿Dónde estaban los ND internos que antes eran estándar en equipos más profesionales?
Se dijo que era “una Alpha vestida de FX”, que no justificaba su precio y que Sony estaba reciclando tecnología en lugar de innovar. No faltaron quienes la descartaron sin siquiera tocarla.
Pero con el paso de las semanas y las pruebas reales, muchas de esas críticas se fueron desinflando.
Tiempo al tiempo: la FX2 se defiende
Cuando los reviews serios empezaron a salir, el tono cambió. Se destacó la calidad de imagen, el color suave que permite el S-Cinetone, la duración de batería, el poco peso del cuerpo y lo bien que se siente grabar con ella durante todo un día.

Además, para creadores que hacen tanto foto como video, el visor inclinable es un antes y después. Permite grabar con precisión incluso a contraluz o en exteriores, sin depender únicamente de la pantalla trasera.
Y sí, puede que no tenga ND internos, pero gracias a su flexibilidad y precio, se volvió una favorita en bodas, documentales ligeros y producciones que exigen calidad sin complicaciones.
Entonces… ¿la FX2 vale la pena?
En resumen: sí, vale la pena. ¿Es perfecta? No. ¿Es revolucionaria?, me parece que sí, siendo el bendito eslabón perdido entre foto y video, entre cero complicaciones y resultados de calidad. Es una cámara consistente, profesional y muy bien pensada para su nicho. La polémica inicial, se centró más en expectativas frustradas que en fallos reales y en uno que otro que se subió a la polémica por los likes.

Hoy, la FX2 se entiende mejor. No viene a reemplazar a la FX3, ni a hacer sombra a la A7S III. Viene a llenar ese espacio donde los creadores híbridos necesitaban ligereza, control y un flujo de trabajo serio, sin pagar por specs que no usan.
Así que, una vez pasada la tormenta, la FX2 se ha ganado su lugar. Y como toda buena historia en tecnología, su verdadero valor no estuvo en su lanzamiento… sino en lo que sus usuarios lograron hacer con ella.
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Andrés Felipe Sánchez