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El futuro cercano a partir de lo visto en el #CES2015

Más allá de la carreta corporativa, aquí esta la opinión sobre #CES2015
Tal como en algunos programas que, al inicio, muestran un letrero con una advertencia, yo creo que vale la pena aclarar que: el presente artículo y todos sus contenidos no reflejan, enteramente, la opinión de TECHcetera ni de sus colaboradores, pues es simplemente una muestra de lo que pude captar en mi fugaz recorrido por el #CES2015. Así, pues, si alguno de los lectores piensa que hay algo que no le gusta del siguiente artículo, donde juego a “adivinar el futuro cercano”, sería interesante que me lo hiciera saber, colocando un comentario al mismo artículo y compartiendo su visión del futuro, de manera comedida, porque,, ante todo, es necesario recordar que “entre gustos, no hay disgustos”.
 
El “Internet de las Cosas” se apoderó del lugar, ahora desde los gadgets más pequeños como cepillos de dientes que graban la actividad para mejorar el proceso de limpieza, cinturones que se aprietan o aflojan dependiendo de la posición del usuario (sentado o parado), patitos de hule con medidores de temperatura y parlantes incluídos, hasta cosas realmente más grandes, como los automóviles; todos tienen ahora una serie de sensores que, idealmente, van a ser capaces de sentir el ambiente y contextualizar los datos para ofrecer un servicio acorde con la situación.

 
Realmente la situación es muy excitante dada las perspectivas a futuro en las cuales se pueden llegar a disminuir los riesgos por errores humanos en procesos como manejar un automóvil, controlar el tráfico o automatizar procesos industriales. Pero también es una realidad en la cual cada vez nos acercamos mas hacia el escenario planteado en una película de ficción, en donde la Inteligencia Artificial puede llegar a levantarse en contra de los humanos aunque, la verdad sea dicha, para eso todavía nos faltan algunos años: en el 2015 simplemente no pasará!
 
Por lo mismo, podemos seguir hablando de relojes inteligentes como el LG SmartWatch que ahora corre sobre “WebOS”. Continuando con la tendencia de algunos fabricantes están dejando Android atrás para empezar a impulsar su propio sistema operativo. Lo mismo está pasando a nivel de los TVs que cada vez tienen mejor definición, color y sonido como es el caso de los SUHD de Samsung, que ahora corren sobre “Tizen” al igual que algunas versiones del emblemático Samsung Gear S.
 
Ahora bien, el caso contrario se ve a nivel de automóviles, que están dejando de ser terminales brutas e incomunicadas para pasar a ser adminículos que se integran al ecosistema de dispositivos intercomunicados por medio del “Internet de las Cosas”. Por lo mismo, el término de “Android Auto” fue bastante pronunciado en el #CES2015 para designar el tipo de interacción que, de ahora en adelante, se podrá tener con algunos de los componentes de los carros (el radio, sistema de navegación, bloqueo central y de seguridad) que van a tener interacción con aplicaciones.
 
Es una etapa histórica que parece vaticinar el advenimiento de una era en la cual realmente haya intercomunicación (pese a que cada dispositivo use su propio sistema operativo, existirán unos estándares generales para permitir la comunicación entre ellos) y automatización entre la gran mayoría de los dispositivos para hacer más inteligente la interacción entre el hombre, los objetos y el ambiente. Así pues, dentro de muy poco, el “Internet de las Cosas” va a dejar de ser un simple concepto para convertirse en una realidad que va a llegar a nivel de hogares, automóviles y hasta ciudades.


Según lo visto recientemente en el #CES2015, no va a ser para nada extraño un escenario como el que voy a describir a continuación:

 
Al cabo de 5 a 10 años va a ser posible tomar un elemento de tecnología vestible como el “Samsung Gear S” y llamar a un carro BMW por medio de un comando de voz para que recoja a su conductor. Durante el recorrido el automóvil semi-autónomo podrá evitar colisiones con otros vehículos en una autopista llena de sensores que se encuentran bajo la superficie del pavimento y, de ser necesario, llamar a los servicios de emergencia en caso de que el ritmo cardiaco o los signos vitales del conductor lleguen a niveles de riesgo, buscando el mejor espacio para detenerse a esperar a una ambulancia.
 
En caso de que la emergencia no llegue a presentarse, el mismo BMW tendrá la capacidad de comunicarse con la puerta del hogar por medio de sensores del tipo SmartSense, para que ésta se abra y sus ocupantes puedan ingresar en el momento de llegar a ella. Una vez dentro de la casa, la estufa podrá llegar a sentir la presencia de los inquilinos y eso bastará para que ella sola ponga a calentar la cena.
 
Pero las cosas no terminarán allí; con la ayuda de chips como “Edison” de Intel, hasta la almohada podrá tomar la temperatura ideal según los signos vitales y el contexto del usuario; por tanto, si lo siente muy enfermo, seguramente se activará una alerta silenciosa para nuevamente llamar a los servicios de emergencia.
 
Lo anterior, muestra que la tendencia del internet de las cosas no solo está complementando los hogares, sino que también ya esta llegando a nivel de negocios y gobiernos dado que, seguramente, entes como los servicios de emergencia, la secretaría de seguridad y la de movilidad tendrán que montarse de manera obligatoria en el llamado “Internet de las Cosas”. Seguramente al inicio el proceso será realmente caótico pero, con el tiempo, se llegará a una etapa de decantamiento y estabilización que permitirá acceder a un estado aceptable (no ideal) para la gran mayoría de los usuarios de un núcleo social.
 
Por lo mismo, el ser humano tendrá una transformación a nivel de necesidades y reglas de juego. A primera vista este concepto puede ser confuso pero es factible aclararlo fácilmente con un ejemplo como este: en un escenario donde los carros sean autónomos y puedan manejarse solos transportando a sus ocupantes desde una ubicación hacia el lugar donde desean llegar, lo más posible es que los choferes puedan dejar de existir y las personas con dichas habilidades deban buscar una nueva forma de ganarse la vida. De lo anterior, se puede inferir que hasta los operarios del ayer van a llegar a especializarse a la fuerza para poder ganar vigencia en el mundo del mañana.

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